Poemas y fotografías de
María Vázquez Valdez
POLO
NORTE
Estepas heladas
donde la grandeza escribió
con grafía inaudita
mensajes blancos
en renglones que son arterias,
sinfonías que conocen bien
el significado de todo y siempre,
latidos inmaculados del planeta
musitando con una voz
efímera
y también
perpetua.
CAMINO DEL INCA
Soy ceniza en carne,
movimiento húmedo aquí dentro.
Soy silencio entre mis pasos,
espiral sobre las rocas incas,
uno tras otro, mis pasos,
pequeños niños en tormenta.
La nieve allá tan alto
sorbida por las águilas
es una ciudad translúcida para la piedra.
La nieve alcanzada
por la sierpe del camino.
Soy de granos de azúcar,
receta sencilla en estos hornos luminosos,
canto desmayado entre las piedras.
MAR MUERTO
Muerto en el estrépito de sal con agua,
muerto como aliento en el fondo de sí,
en la pulcra quietud de lo más intenso,
lo que toca fondo,
el delirio de una rosa,
la belleza de un incendio.
GRAN CAÑÓN
Nada es agresivo aquí,
el descenso a esta médula de tierra
tiene la claridad del viento,
que corta como navaja
estas montañas encendidas,
carne al rojo vivo.
ATLÁNTICO
Las nubes escriben sombras sobre el mar,
dibujos delgados se desenrollan en el cielo,
se deshace el horizonte,
se cae detrás
de tanto lejos.
Hay un gigante ahí cantando,
hay en un instante
un resplandor que no se acaba.
Tierra interminable,
recostada de espaldas se desteje en el agua,
tras las nubes es una ciudad de palacios blancos,
cayendo hacia arriba,
un mar de azules y sol.
Abajo las islas
son huellas digitales
que anuncian una orilla de tierra
y de espuma.
Este mar
es un desierto azul,
un espejo para el sol,
un lugar tan habitado,
un desierto azul.